domingo, 3 de abril de 2011

Ashanti y las lunas

     Todas somos ashantis, todas somos lunas, nómades seres que vamos saltando de día en día sobre aguas invisibles. Todas somos las mismas y distintas, creyendo, sintiendo que la vida es esto de la Fe y del Amor.
     Ashanti y las lunas, mi nuevo libro, es sinónimo de mujer. Es certeza de cordillera, fortaleza de roca en la montaña y de profunda convicción de pillán entre la vida.
     He sentido la emoción de enterarme que este libro ha obtenido el primer premio en el concurso de escritores del Chubut. Esto es lo que somos los seres de la Comarca andina del paralelo 42º, visagras, nexos, integradores de sentimientos. Estos límites, estas fronteras políticas no existen para la vida y por eso, soy escritora de dos provincias. Nos une un mismo cerro, este mágico Piltriquitrón y eso me ha permitido con su magia, el premio rionegrino 2010 y el premio chubutano 2011. Agradezco al jurado su comunión con mi alma. La oportunidad de saber que la poesía es este abrazo de corazones, este entendimiento silencioso de ojos-corazón. Como ha dicho la Bordelois, decir somos escritores es fácil hoy, lo difícil es decir soy poeta. Gracias a los que me leen, puedo decirlo con emoción.
     Comparto algunas poesías de mi libro


Sólo la luna
apareció en la
propia oscuridad.
Por ser luz,
apareció
en la temible oscuridad,
sola,
sin madre,
sin Dios,
fue su propio deseo.


Y dijo Dios:
                    En este hueco
                    de mi alma
                    crearé un lago,
                    en éste
                    de la pena del
                    mundo,
                    crearé un mar
                    y cuando sanen,
                    con las lágrimas
                    de los niños,
                    crearé las
                    cascadas.


                                                 ------*------


No es verdad,
la luna no es de pena.
Es un arma
de doble filo.
Camelia,
duende de altanería
fija en el frente
la luna
dice
no se acerquen,
acá está para siempre
la inalcanzable
luz
del sol.








                                                                            -------*-------


Me ocupo en madejar
el alba,
llega desnuda ahora.

Cuando la desesperación
asola la manada
ato mis manos
con el hilo,
ato mis manos a vos.








                                                                       -----*-----


Muda

Yo me puedo volver silencio
una boca no existe sin su ruido
puedo llenarme toda de esa tierra
de arena y corazón de carpintero
martillar en silencio, oír solo
el serrucho de tu oído
ser la piedra que muere en el
arroyo
ser el consuelo sordo
de aquella oreja muerta,
nacer sin labios, sin dientes
sin lengua, sin nada que me
llame a palabra.

Puedo callar por siempre
—muerta de que me diga­s—
ya no podré haber dicho
pero será de obligación                                    
orgánica. Seré la oscuridad
silencio de esta orfandad
de luna sin su sol.

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