lunes, 20 de septiembre de 2010

Presentación en mi pueblo

En el mes de septiembre presenté en El Bolsón, mi libro "Después del temblor". Como habíamos acordado con los amigos Pablo Tolosa y Matías Stiep, quisimos presentar los tres libros. Coincidiendo con un viaje del Subsecretario provincial de Cultura, Doctor Gentili, organizamos un pequeño evento en la Casa de la Cultura de El Bolsón.
Tuve la alegría de que estuvo presente Pablo Tolosa, quien obtuvo el primer premio de cuento con su libro "Malditos animales". Dado que Matías Stiep no pudo participar por su trabajo, el libro fue presentado por Juan Domingo Matamala, escritor, profesor e historiador local. Habló el ministro y todos leímos y comentamos nuestros libros con la presencia de algunas autoridades municipales y lo principal nuestros familiares, amigos y vecinos.
En la presentación de mi libro  quise compartir el motivo del título. Conté al auditorio que en los años 80, muchos de nosotros estábamos formando nuestras familias en un Bolsón tranquilo e idílico. En esta época, la radio era un nexo de unión muy fuerte y nos mantenía informados de todo lo que sucedía en el pueblo. A través de los mensajes al poblador, nos invitábamos a reuniones, nos enterábamos de las fiestas, los problemas y novedades y de todo lo importante. El pueblo era pequeño, acogedor, todo nos costaba mucho y al mismo tiempo nos encantaba, nos tenía a todos como en un sueño de estar viviendo algo distinto.
En esa época Soda Stereo había iniciado su trayectoria y en Radio Nacional, difundían todos los días "Cuando pase el temblor". Es un tema que aún hoy es de vanguardia y a mí me llegaba especialmente por su música y su simbolismo. Hace alrededor de cinco años cuando comencé a escribir este libro, era un tiempo en el que mis hijos comenzaron a volar, a tener proyectos propios y me dije a mí misma. Es tiempo, pasó el temblor y supe que este libro debería llamarse así "Después del temblor", como un suave homenaje a la radio, a la música que nos acompañó durante esta ardua tarea de ser padres, "colonos", jóvenes y todo lo demás.


La oveja teje
mejor que nadie.

Hila su propia lana
en
primavera
y mientras nacen
hijos
anda
puro descarne
donando
leche y lana.

De todos modos
la oveja
siempre
tiene más lana
para dar.

     También pude compartir con la gente la esencia del libro y conté que el día anterior duranta la presentación del libro de Martha Perotto, una amiga me había preguntado si pensaba usar títeres, como un chiste dado que en el caso de Martha sí hubo títeres por ser un libro para niños. Le contesté que no, que haría un baile erótico con otro escritor, como en Bailando por un sueño, el programa de Tinelli, que haría un desnudo. Y que en verdad, cuando pensé en lo que había dicho supe que de algún modo era verdad, porque el mismo jurado dijo que el libro había sido premiado por su desnudez esencial. Y qué otra cosa puede hacer un poeta más que desnudarse, sacar el alma, llevarla delante y esto mismo quizá, sea lo que asusta de la poesía y lo que hace que sea una manifestación del arte un tanto relegada por muchos. Ese temor que da lo tan profundamente sincero lo más significativamente verdadero que es la desnudez.
Espero que la gente haya sentido lo mismo que yo esa noche, que fue una total sinceridad con mi pueblo, el donarles parte de mi alma y que este sencillo libro llegue a todos y a cada uno de mis vecinos y a todos los que encuentren en la poesía algo que los emocione.
     Fue muy hermoso que estuviesen presentes mis colegas, Pablo leyendo sus cuentos frente al público bolsónes y espiritualmente también, Matías, con su novela desde las palabras de Juan Domingo.
     Un hermoso momento más, una nueva gratificación que el arte me brinda.

Tomas el nacimiento
de la hebra,
tiras, tiras, tiras,
sin mirar
la tierra
su abandono
al apoyo.
Tiras hasta
encontrar la desnudez
el final de la hebra
no será
atada a la
tersura del
cordón
vendrá placenta,
sangre,
alma
y cuando la gran boca
de la Vida
grite dolor y frío
un hilo vacilante
arrancará
una grieta
y otro principio
de hebra habrá nacido.


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