domingo, 23 de agosto de 2009

Etilidad en el desierto


Cuando se quiebra la monotonía del cada momento igual, de cada día, puede parecer la locura. Es entonces cuando esa misma etilidad en el desierto de la diferencia, esa esencia que alerta a los normales a ultranza, nos desafía. Y entre aquellos que cumplen con el pie bien calzado, la boca alerta para repetir lo que han dicho los diarios o los libros, o los altos cabalgantes de rugientes motores, de vez en vez, aparecen algunas malezas. Yuyos, gusto en decir, floridas hojuelas de verde sangre distinta. Tallos con oído y deseos de compartir, aunque más no sea desde un papel o un sonido dulce, áspero, feliz, cruento...
Algunos de esos son los necesarios héroes que salen a enfrentar por todos, lo que no hemos hecho cada uno. Otros son los que mal o bien, dicen, no pueden callar, dicen.

Me trepo a mí misma

el rescoldo del alma

quema mis pies

escapo por mi espina

dorsal

mi corazón se consume

El sol salió esta tarde

de repente

mis ojos ya tomados

del fuego

encendieron

las hojas

la calle


Sí, porque la locura es eso de pensar si alguien, aquel que no dice lo mismo, estará molestando por ahí, llevando a otros a hacer algo que no es común. Si ese otro con valor de mover las tabas, o las manos o el corazón en un día de lluvia, entristece o nos hace pensar. Esos, que a pesar de saber del hambre, la lujuria y la señal de inocentes por culpables bien vestidos, pueden mostrar algo distinto al grito, la denuncia o el golpe, nos abren a sentir sin pensar, a doler sin sajar, a sonreir sin bromas. Nos pueblan el corazón del verdadero nosotros mismos.

Subo a una silla

por parecer pequeña.

Pétalos muertos

llenan el dormitorio.

Dentro un reflejo,

vivo?

mis cicatrices

traen hilos

amarrados.

Mis ojos achicaron

la tierra de su

espejo

ando rayas

azules como

isocas

Todo refleja

sin puertas

ni conejos

Quisiera entrar

a un mundo

donde estuvieras

y que me amaras.

Donde mis letras

sonrieran para

siempre.



Y de locos se ha hablado siempre. Se han encerrado, prohibido, enviado a la pira. Se han desprestigiado locos. Señalado con el dedo de la afición. Los locos han sido motivo de persecusión y novenas.
El temor a la locura no es otra cosa que el pánico de entender la muerte.


Me equivoqué

de llave

esta que abría

mi boca

no era

la verdadera

la de mi

corazón

es la

que

falta.



A decir verdad, quiero quedarme donde estoy. La cordura es algo demasiado fácil y de ese modo la vida se va pronto, como un soplo de viento, como algo que soñamos y al despertar ya no estaba ahí.


Demolida

fantasma

el lápiz me destila

negra

el grafito

de sangre

dibuja las letras

más penosas

Cuando padezco así

pienso en los héroes

Nunca ha pedido

menos alguien

pasión - piedad

amor

Decanta

triste el agua deja

invisibles gotas de

traición

rutas de un alquitrán

con huesos

balas de pólvora

suicida

un viento cierra puertas

aprisiona los músculos

en casas sin esperanza.

Quiero escapar en

manos de una idea

quiero morir en un

desalojo donde las

alas de un amigo

me prometen el nido

de su amparo.

Nadie tiene derecho

a semejante volumen

de agua pura.

Nadie debe decir

el por qué a mí.

Cuando la poesía

decanta

esa brea

esa

resaca de

toda una playa

dulce

esa reencarnación

del mutismo

de la ignorancia

de la ausencia de

diccionarios

del domingo sin

tinta,

esa…

es la respuesta


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